Por Neus Portas, creadora de Proyectos que generen impacto social y profesora en Slow Fashion Next del curso “Marcas que Importan: Branding con Emoción”.

Imagen de portada: ¿Comenzamos?

El post de hoy va dirigido a todos los emprendedores del sector moda que, después de tener una idea o por disponer de un gran talento para diseñar, o una pasión por el sector, se han visto atascados en el escollo de los proveedores, de la producción y la comunicación.

¿Eres uno de ellos? Pues sigue leyendo, esto te interesa.

Cuando uno tiene una idea de proyecto moda, hay dos tendencias -que yo haya identificado durante mi trayectoria de acompañamiento a emprendedores-:

  • Un diseñador “do-it-yourself” que, como sabe desenvolverse para generar su propio producto, empieza en pequeño (muy pequeño).
  • Un diseñador ambicioso que piensa muy grande.

Para los dos casos sirve mi primer consejoBusca a alguien que sepa hacer aquello que tú no sabes, para conseguir un producto muy bien hecho.

Si estás empezando y has pensado aquello de “lo hago yo y pruebo qué tal”, ¡cuidado! Esto sirve sólo para quien tiene destreza para coser o para quien sabe patronar. Y sólo para la fase de prototipado. Es decir, para testar en un ámbito muy reducido si aquel producto o servicio tiene sentido, si se entiende.

Porque el problema es que cuando arrancamos con una colección, el trabajo de elegir tejidos, patronar, cortar y confeccionar, nos lleva tantísimo tiempo, que nos quita de esas áreas en las que seguramente podríamos aportar más valor: networking, venta, distribución, comunicación y, sobretodo, ¡diseño de la siguiente colección!  Y esto, claro, hace muy difícil el crecimiento de la marca.

A menos que tengas mucha destreza con la costura o que tengas altos conocimientos de patronaje, no entres: busca a alguien que sepa más que tú, para hacer prendas de calidad

Además, a menudo este modelo DIY quita calidad a las prendas, a menos que seas un virtuoso de la aguja o que sepas patronar de manera profesional.

Por eso, a menos que sepas mucho de alguno de estos dos ámbitos, siempre te resultará más práctico, rápido y te dará mejores resultados, si subcontratas estos servicios a un especialista en ello que te permita tener prendas con calidad, porque es el primer paso para avanzar con paso firme.

Así que recuerda: piensa en grande, pero empieza pequeño.

¿Convencido?  Genial, pasemos ahora a ver cómo subcontratamos. Porque si has intentado adentrarte en el apasionante mundo de la producción, sabes que no es fácil. Hay cierta reticencia a compartir proveedores, quizá por miedo a que este no cumpla con las producciones comprometidas si se satura de trabajo. Además, no es un sector muy dado a comunicarse y tener presencia online, así que tampoco es fácil de encontrar.

A menudo, cuando se empieza un proyecto de modo, lo más difícil es encontrar proveedores con los que trabajar

Para poder acceder a los proveedores que necesitamos, te doy mi segundo consejo:  únete y colabora con otros que también están empezando.

No te dé miedo compartir, explicar y colaborar con otros diseñadores como tú. Cada uno tiene su aportación a hacer y esta no debería depender de dónde se produce, sino de la propuesta de valor. Y esta debería ser suficientemente diferenciadora como para sostenerse antes y después de salir al mercado.

Por suerte, existen marcas como Lattitude, abierta a darse a conocer, a promover el consumo de tejidos sostenibles, a buscar maneras de que pequeños diseñadores puedan unirse para compras conjuntas. Gracias María Almazán por todo lo que estás aportando al sector.

Latitude, ubicada en Galicia, ofrece tejidos, prendas y asesoría entorno a la moda sostenible

También existen plataformas como Tu Asesoría de Moda que han sabido detectar las necesidades que existen en el mercado, los problemas con los que se encuentran la mayoría de diseñadores que empiezan, como tú. Esta plataforma te permite comprar prendas base, patronar, estampar o producir, sin necesidad de mínimos. Esos mínimos que tanto condicionan cuando empiezas. ¿Cómo lo hacen? Actuando como interlocutor de muchos diseñadores pequeños, lo que les permite llegar ellos, por ti, a esos mínimos inalcanzables ahora mismo para tu proyecto.

Me contaban Beltrán y David, los fundadores de la plataforma, que pese al reciente lanzamiento de la iniciativa, ya han podido ayudar a algunos diseñadores que se han unido a pedidos más grandes para, no sólo alcanzar los mínimos de producción, sino conseguir precios equivalentes a grandes pedidos y, por tanto, muy competitivos.

Para los diseñadores que piensan en grande, también ofrecen asesoría para ayudar a identificar el PMV y testar, además de acompañar en todo el proceso.

Felicidades a los dos, os deseamos lo mejor en vuestra andadura, porque sin duda seréis de gran utilidad para los diseñadores que empiezan.

En Tu Asesoría de Moda ofrecen un servicio global de acompañamiento al diseñador en sus inicios

Vale, llegados a este punto, ya tienes la colección terminada y producida. ¡Qué sensación tan maravillosa! Y, reconozcámoslo, también angustiosa. ¿Y si no se vende? ¿Y si no funciona? ¿Y si…?

Vamos a ver qué pasos seguir a partir de aquí. Lo primero es tener claro que, teniendo un buen producto, ya tienes mucho de ganado, porque te permitirá hacer que te compren, en vez de tú tener que vender.

Y aquí el tercer y último consejo: dale alma a la colección, haz que pase de ser ropa, a ser moda. Y aquí es donde el branding juega un papel muy importante.

¿Qué vendes, qué ofreces? Intenta responder sin utilizar la palabra prenda, ni ningún otro término parecido. No me hables de productos, háblame de experiencias, de sensaciones. ¿Qué sentirá quien lleve tu ropa? Status, sexyness, formalidad, profesionalidad, diversión, comodidad, creatividad, conciencia social…. ¿Qué dirá de él o ella cuando vista tu marca?

Ten muy claro cuál es tu propósito, tu Why. ¿Por qué tiene sentido que exista tu marca?

¡Cuidado! No se trata de tener un propósito social, de que tengas que cambiar el mundo. Por supuesto, genial si este es tu propósito, pero hay muchas necesidades que satisfacer de la pirámide de Maslow y tanto las fisiológicas como las de autorrealización son válidas.

Cualquier proyecto que resuelva una necesidad de las englobadas en la pirámide de Maslow, actúa sobre una necesidad social

Lo importante es entender que tu propósito debe ser tu propuesta de valor. Porque es por eso por lo que el consumidor querrá comprarte. Es decir, que entiendas que, al final, de lo que se trata, es de ofrecer algo interesante -de valor- a quien te compra.

Una vez tengas claro tu propósito, aplícalo a todos los elementos de la marca. ¿Cómo? Con las 3C:  coherencia, consistencia y compromiso.  Importante, muy importante.

Identifica todos y cada uno de los puntos de contacto -o touchpoints- de tu marca con el consumidor e identifica cómo lo harás para activar tu propósito. Si quieres aportar creatividad, apórtalo siempre. Si quieres aportar un cambio social, actívalo desde el minuto cero.

Por supuesto, busca también que sea factible y rentable, mantente dispuesto a renunciar o ceder en algún momento, no se trata tampoco de ser excesivamente puristas.

Lo digo por lo que le pasó a TOMS, por ejemplo, para seguir con el ejemplo anterior: Blake McCoskie, manteniéndose fiel a su propósito de mejorar el mundo, quería que sus alpargatas se vendieran en bolsas de tela reutilizables, en vez de ofrecerlas en cajas de zapatos. El problema fue que, en las zapaterías, los cordones de las bolsas se enredaban y, además, era muy poco ágil para identificar modelos y tallas. Esto, unido al sistema de incentivos por comisión que se aplica en la mayoría de tiendas en EEUU, hizo que las ventas no se activaran, incluso a pesar de la demanda de los consumidores.

Después de mucho resistirse, el fundador de TOMS decidió renunciar a lo que para él era un ejercicio de coherencia con su visión de la moda y entregar las alpargatas en cajas de cartón como cualquier otra marca.  Y es que su propósito iba mucho más allá de la sostenibilidad y, por ello, lo coherente fue ceñirse a su propósito social y renunciar a aquel elemento que le reducía ventas y, por tanto, generación de impacto.

Desde sus inicios, TOMS tiene como objetivo resolver situaciones sociales. El lema de su fundador: “Start Something that Matters”

Así que espero que mis 3 consejos y estas últimas 3C te hayan sido útiles y vayas a por todas, pensando todo lo grande que te permitas, pero empezando en pequeño y con paso firme. Recuerda que, al final, no se trata del tamaño de la idea, sino del tamaño de su efecto.

Aprovecho para invitaros a la nueva edición de mi curso online Slow Fashion NextMarcas que Importan: Branding con Emoción” del que os adelante que tendrá comienzo el lunes 03 de abril de 2017. Tenéis toda la información aquí y si tenéis alguna duda pregunta podéis escribir un correo a info@slowfashionnext.com

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