Por Marcela Godoy, colaboradora de Slow Fashion Next
Imagen de portada: “Collapse in a garden” de David Lachapelle. 1995
Este año cumplo diez años de trabajo en el mundo del Ecodiseño! (que incluyen los años de estudios por supuesto 🙂 ), y para celebrarlo he decidido hacer una serie de post alusivos al tema. Comencé hace un tiempo contándoles de qué se trata el Ecodiseño, sus orígenes y cuáles con las claves de su éxito, vimos que es un proceso de diseño cimentado en la ciencia puesto que utiliza herramientas que miden y cuantifican impactos ambientales y los traduce a indicadores sencillos, permitiendo que profesionales del diseño y afines puedan tomar decisiones al momento de rediseñar o de innovar con un nuevo producto, siendo por cierto, esta característica la que comercialmente se ha difundido como su fortaleza.
Pero también vimos que no basta solo con medir, si no que debemos acompañar todo el proceso con un pensamiento de Ciclo de Vida y un enfoque de sistemas o Sistémico, ya que esto facilita la tarea al momento de hacer relaciones, detectar ineficiencias y visualizar oportunidades de mejora que se pueden hacer en el momento de diseñar.
Pues bien, ya teniendo eso claro cabe preguntarnos ahora si es que realmente esta metodología puede salvar, o más bien cambiar la industria de la moda.
Lo que está mal en la industria de la Moda.
Fue más o menos en las últimas dos décadas que el sistema de la industria de la moda se volvió complejo, fragmentado, masivo y globalizado. Claramente fue parte de un proceso de años, a medida que la industria en general se fue tecnologizando, el aumento de la población mundial, los cambios de modelos económicos, etc. siendo el modelo de negocios de la moda rápida, la guinda del pastel – que apareció para quedarse y que según estamos viendo queda bastante para que se vaya – que terminó por hacer que la industria textil y de la moda sea hoy en día una de las que genera mayores impactos a nivel mundial tanto ambientales como sociales.
¿Industrias grandes o pequeñas?
Por razones obvias de cantidad de productos que salen cada minuto al mercado, es en la industria masiva en donde el Ecodiseño ha demostrado un mayor éxito de casos en su aplicación. Esto no quiere decir que las marcas de moda pequeñas no generen impactos, hay ocasiones en que se puede contaminar localmente a niveles altísimos, como en el caso del cuero o las marcas que prefieren el plástico como alternativa vegana, de ahí la importancia de entender que fabricar limitadamente va a tener un menor impacto en la medida que se haga bajo una mirada sistémica y con un enfoque de ciclo de vida.
Para ayudar en este tema, existe Think Lifecycle, una plataforma creada por la investigadora Alice Payne, que funciona como un sistema de gestión de contenidos en línea, que permite compartir ideas y conocimientos con el personal de cualquier empresa de moda, de esta manera se pueden aplicar estrategias desde la extracción de las materias primas hasta el fin de vida.
Hacerlo bien.
Antes de aplicar Ecodiseño se deben tener claras las motivaciones para hacerlo, está bien, un primer poderoso motivo es hacer que la industria sea mejor a nivel de sostenibilidad, pero ya a estas alturas entendemos que no basta con ser ecologistas, sino que además se deben evaluar si las motivaciones responden a necesidades internas, externas o a ambas, esto es importante, porque sin hacer ese ejercicio puede ocurrir que se realicen acciones de sostenibilidad que terminen en resultados aislados y sin mucho éxito, me refiero a la importancia de hacerlo a nivel sistémico y más allá de las buenas intenciones, incorporarlo a los modelos de negocios y comunicar estas acciones a los consumidores. Un ejemplo de esto es la cadena Marks & Spencer, la cadena de retail que cambió su modelo de negocios e incorporó la sostenibilidad en toda su cadena de valor, es decir no solo a nivel de algunos productos sino que lo hizo desde la gestión corporativa, la infraestructura y los productos, incluyendo la ropa. A este cambio le llamó Plan A.
Todo está conectado.
Puede sonar majadero, pero para asegurar el éxito no basta con implementar un buen proceso de Ecodiseño, debemos entender que los únicos que tienen el poder de exigirle a las empresas que cambien somos los consumidores, si lo llevamos a la teoría de sistemas – que nos dice que todas las acciones que realicemos en un sistema repercuten en otros sistemas – para generar el verdadero cambio, no basta con trabajar solo el sistema productivo sino trabajamos también el sistema de consumo. Esa es la belleza de las interconecciones.
Finalmente, tener claro que existen otras condiciones que se deben considerar siempre que se implementan nuevas metodologías que vienen a cambiar nuestros paradigmas, que tienen que ver con el trabajo colaborativo, la transparencia en los datos, el cumplimiento de normativas y la comunicación, esto lo veremos en los siguientes posts.
Y tu, ¿Implementarías Ecodiseño en tu empresa?
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