Historias de ropa no deseada
Publicado por el equipo Slow Fashion Next
Las mujeres que trabajan en una planta de reciclaje de prendas en la India, tienen poca idea sobre de dónde procede la ropa que se encargan de desgarrar.
Y así exponen sus propias explicaciones sobre el exceso de prendas que llegan desde climas extranjeros mediante el camión. “Aquí todo el mundo dice que la ropa viene debido a la escasez de agua de Occidente”, comenta una de las trabajadoras en Unravel, una película de 14 minutos que revela cómo está visto el consumo del primer mundo desde el otro lado del mundo. “El agua es tan cara como lo es la ropa para estas personas”, dice antes de añadir que la mayoría de la ropa se ve casi nueva. “Es por eso por lo que usan su ropa un par de veces y luego la tiran a la basura”. Otra mujer se pregunta si es que a los occidentales, simplemente, no les gusta lavar su ropa.
Ésta película está producida y dirigida por Meghna Gupta en colaboración con Lucy Norris, un antropólogo con sede en la University College de Londres que ha trabajado mucho en los mercados de ropa usada en la India y que investiga sobre las ideas culturales de los residuos y su valor relativo.
Trabajadoras de la planta de reciclaje de prendas charlando
Cultura desechable
Cuando escuchas la conversación de las mujeres mientras permanecen sentadas a la sombra de montones de ropa desechada, es fácil comprender su desconcierto.
Si eres como la mayoría de la gente del primer mundo, ojos que no ven corazón que no siente. Algunos de nosotros prescindimos del pensamiento sobre el destino de la ropa después de deshacernos de ella.
Como revela el director del film Meghna Gupta, muchas de las prendas viajan por los océanos hasta el Distrito Kutch en India, donde son trituradas en una planta de procesamiento antes de ser transportadas en camiones a otra instalación a más de 700 millas de distancia.
En la ciudad norteña de Panipat, otro grupo de trabajadores se encarga de la extracción de etiquetas, botones, cremalleras y otros adornos de las prendas. Las prendas desmontadas se transforman en hilo y, con el tiempo, en mantas destinadas a Occidente. Así se completa el círculo.
Escena del documental Unravel
A pesar del material en exceso –y la pobreza moral que implica– Unravel presenta todo eso con escaso juicio. Para muchas de las mujeres que hurgan en nuestros deshechos, el primer mundo es el mítico lugar donde la riqueza y la libertad son igualmente abundantes. Ellas no envidian eso, pero tampoco son estas cosas las que pueden enmarcarse en su contexto.
“La personas de allí son ricas; no tienen escasez de dinero”, dice Reshma, una trabajadora de la fábrica de reciclaje. “Entonces es por eso por lo que envían aquí estas prendas que les sobran”.
“Las mujeres occidentales son muy respetadas; Dios les ha dado una muy buena vida”, añade. “A menudo me pregunto cómo sería tener una vida así. Pero trabajo con ropa todo el día, así que estoy siempre contemplándola”.
Imagen de una trabajadora del documental Unravel
Puedes ver el documental completo aquí.
Gema Gómez, directora de Slow Fashion Next, tuvo la oportunidad de trabajar de la mano con Lucy Norris, que también es profesora dentro del máster de sostenibilidad de Esmod, en los OSCEDays Berlín y fue un gran placer para ella poder trabajar de la mano con Lucy y compartir visiones.
Fuente del artículo: Ecouterre
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