Sí, soy una emprendedora aunque ni siquiera me guste esa etiqueta…

Una más entre tantas otras que un día le dio la locura y decidió dejar un trabajo “seguro” para vivir dedicándose con todo su entusiasmo a hacer lo que realmente le apasiona.

¿Pero qué te voy a contar? Seguro que a estas alturas ya has escuchado muchas historias como esta.

Soy una emprendedora en este mundo caótico que parece estar rompiéndose, lleno de injusticias y desigualdades. Un mundo en el que cada vez somos más los que optamos por emprender, ya sea por voluntad o por obligación.

Personas que dedicamos nuestra energía para ser parte de la solución, rompiendo barreras, superando límites y sin miedo a VIVIR…¡aunque a veces nos tachen de locos!

No voy a decir que es un camino fácil pero hoy con frustraciones incluidas, sí puedo decir que me alegro de la decisión tomada. De apostar por un camino con el que puedo contribuir a que el mundo tenga más ilusión, optimismo, alegría y color por el simple hecho de dedicarme a lo que realmente me apasiona, aunque muchos no le encuentren sentido…¿y qué más da si no me entienden? Yo, soy FELIZ y me encanta.

“El Mundo que tenemos, es el resultado de lo que somos cada uno de nosotros.

Nosotros decidimos colaborar en el aumento del caos, desequilibrio y sufrimiento o bien en el equilibrio y la armonía del mundo”

Merce Conangla y Jaume Soler en su Libro Ecología emocional para nuevo milenio

armonia

Me considero alegre, optimista y entusiasta pero como cualquier persona tengo mis momentos malos y mis altibajos pero sé lo que quiero aportar al mundo, y no es precisamente más sufrimiento.

¿Y tú de qué lado quieres estar?

Ya somos muchos los que nos entusiasmamos emprendiendo ideas locas sabiendo que eso es lo que nos mueve hacia una vida más plena por muy incierta que sea.

Los que al dar los primeros pasos en nuestro proyecto echamos a correr siguiendo nuestro corazón hasta el borde del acantilado y nos quedamos paralizados mirando al vacío. No nos atrevernos a dar un dar un paso más aunque hayamos hecho nuestro plan de negocio y planificado hasta al más mínimo detalle en nuestra enésima versión del presupuesto de la hoja de Excel pero …¡Los MIEDOS a veces son MUY GRANDES!

Acantilado

Otras veces directamente nos aventuramos a saltar al vacío esperando a que aparezca la red y en pleno salto entramos en pánico aunque sabemos que el error es puro aprendizaje. Sí, lo sabemos, pero por mucho que lo digan los mejores libros…¡Emprender algo y EQUIVOCARTE, ATERRA!

Somos los que sufrimos esos días de frustraciones, desgastados por no ver los resultados después de dedicar todo nuestro esfuerzo a seguir los pasos que dicen los gurús y sin embargo al día siguiente nos levantamos de nuevo con una sonrisa para darlo todo una vez más…¡Porque deseamos cumplir nuestros SUEÑOS!

Aun así, con todos los momentos buenos y los no tan buenos, nos emocionamos con cada paso. Y es que no podemos evitarlo…Las emociones son ese gran valor con el que contamos las personas para hacer las cosas o para evitarlas. Son un recurso básico para iniciar proyectos, abordar dificultades y afrontar los problemas de cada día.

Yo lo reconozco, soy una “emoción con patas” y desde que lo descubrí, no he dejado de sorprenderme de la magia de transformar positivamente las emociones.

Ardilla

Como dicen Merce Conangla y Jaume Soler,  las emociones mal gestionadas son fuente de contaminación, agresión y destrucción. Somos plenamente responsables de estas emociones y de gestionarlas de manera inteligente, responsable, sostenible y ecológica.

Emprender es un camino apasionante que te hace crecer personal y profesionalmente, pero es un camino que no siempre resulta fácil y en este tiempo he podido comprobar como muchas personas han podido llegar a paralizarse o incluso abandonar proyectos por sus miedos, dudas o frustraciones.

Esto me ha hecho darme cuenta que para el éxito de los proyectos no son suficientes los conocimientos técnicos, contar con un excelente plan de financiación o muchos contactos. Puedes lograr tener un montón de dinero encima de la mesa, pero el dinero por si sólo no piensa, no se mueve. Detrás de cada proyecto el gran valor siempre se esconde en las personas, con su pasión, su actitud y su forma de relacionarse con los demás y sus circunstancias.

Así que creo que es vital para nuestros proyectos que aprendamos a utilizar las emociones, saber escucharlas y canalizarlas en nuestro propio beneficio. En definitiva emprender con  Inteligencia emocional

Una adecuada gestión de las emociones nos da la capacidad para reconocer los sentimientos propios y los de los demás, tener una mayor capacidad de motivarnos y motivar a los otros así como mejorar nuestra empatía para mejorar nuestras relaciones y tener mayor resiliencia para adaptarnos a las adversidades.

Atardecer

As que si realmente quieres lograr el éxito de tus proyectos, te animo a que cuentes con tus emociones como grandes aliadas, disfrutar de una buena ecología emocional y contribuir a generar esa energía positiva que multiplique la armonía y equilibrio en el mundo.

Laura Usar trabaja en LaborClan y Social & People, colaboradora de Slow Fashion Next.

 

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