Por Laura Usar Fundadora de LaborClan

Emprender es como una montaña rusa, unos días te sientes arriba (demasiado arriba) y otros días abajo (demasiado abajo).

Pasamos de la euforia al miedo en un auténtico tsunami emocional. De querer comernos el mundo a desear “que paren el mundo que me bajo aquí”.

¿Cómo sobrevivir a esta montaña rusa emocional?

Lo mejor que podemos hacer es aprender a disfrutar del viaje con todo lo que es. Con sus éxitos y fracasos, sus alegrías y decepciones…disfrutarlo y vivirlo a lo grande.

Esto es parte de la aventura de emprender. Una aventura que nos reta y nos pone a prueba cada día, sacando a flote nuestras fortalezas y debilidades.

En este viaje, lo importante no es lo que ocurra sino nuestra actitud ante lo que ocurre.  La clave está en desarrollar la habilidad para gestionar de la mejor manera posible estos vaivenes.

Lograr que nuestras emociones se conviertan en nuestra mayor fortaleza y así suavizar las caídas y las subidas para que aunque nos tambaleemos, no lleguemos a hundirnos o elevarnos tanto que suponga un peligro para nosotros y nuestro proyecto.

Dominar esto es todo un arte. Aunque parezca extraño, las emociones consideradas “positivas” pueden llegar a ser un gran obstáculo, del mismo modo que las emociones consideradas “negativas” pueden ser de gran ayuda.

Lo cierto es que no hay emociones positivas o negativas,  todas son beneficiosas y nos ayudan a impulsar o frenar nuestro proyecto.  Nos dan la oportunidad de mejorar y si no las atendemos nos equivocaremos constantemente en nuestras decisiones.

La alegría por ejemplo, es una emoción primaria que nos llena de energía, fuerza, optimismo, actitud positiva, creatividad y autoconfianza.

La experimentamos cuando nos lanzamos  a emprender y tenemos la sensación de que todo es posible. Nos llenamos de euforia con nuestros primeros logros, el primer cliente, cuando obtenemos una subvención o la primera ronda de financiación.

Es nuestro verdadero combustible y debemos aprovecharla para impulsarnos pero es bueno mantener una dosis correcta.

Lucero_Emprender_Emociones_4Fotos: Lucero Gioacchini Photography

Esta energía mal gestionada puede llevarte a:

· Enamorarte locamente de tu idea sin pensar qué es lo que quiere el cliente, cómo lo quiere o si está dispuesto a pagar por ello.

· Puede hacer que no te des cuenta de que tu idea realmente no es un negocio sostenible.

· Corres el riesgo de confiar tanto en tu proyecto que sigues adelante pase lo que pase, cuando a veces es mejor parar.

· Perder de vista la realidad y asumir riesgos innecesarios.

· Pensar que todo va genial cuando en realidad no es así. Te nubla la razón y no estas atento a lo que funciona o no.

· Pensar que todo lleva mucho menos tiempo,  que va a traer resultados rápidamente pero la realidad es que todo cuesta hasta 3 veces.

· Cargarte con más ideas, tareas y proyectos de los que realmente puedes asumir.

· Hacer una mala planificación de los ingresos y gastos que te lleven a un problema de liquidez o a asumir riesgos financieros importantes.

· Perder la capacidad de análisis y darte continuamente cabezazos contra la pared para sacar adelante tu idea.

Lucero_Emprender_Emociones_6Fotos: Lucero Gioacchini Photography

Algunas ideas para gestionar esta energía positivamente:

· Aprovechar para impulsarte, motivarte y sacar adelante tus ideas pero con los pies a la tierra.

· Hacer de “abogado del diablo” con tu propia idea.

· Tomar distancia, cambiar de perspectiva, ponerte en el lugar del cliente.

· Antes de dedicar fuerzas y energía a alguna idea, preguntar, testear y contrastar.

· Trazar un plan con objetivos, hitos y tiempos claros. Si cuando llega el momento no se han cumplido, no lo dejes pasar, cambia algo.

· Analizar los resultados, aprender, reflexionar y trazar un nuevo plan sin dejarse atrapar por el enamoramiento de la idea.

El miedo, es otra de las emociones básicas. Nos genera ansiedad, inseguridad, desconfianza o preocupación.

Lucero_Emprender_Emociones_5Fotos: Lucero Gioacchini Photography

Aparece cuando menos lo necesitamos y con tan sólo unos minutos en nuestra mente se apodera de nosotros.

Lo experimentamos al dar el paso a emprender, al montar nuestro negocio, en el proceso de puesta en marcha de nuevas ideas, cuando desconocemos lo que puede pasar, miedo a equivocarnos, al fracaso.

Es un mecanismo de autoprotección ante lo desconocido.  Una emoción primaria que tiene la misión de informarnos de que nuestros proyectos o nosotros corremos un riesgo. Un riesgo que puede ser real o imaginario aunque muchas veces somos nosotros mismos los que nos “montarnos la película”.

Nos da una información muy valiosa y nos permite tomar precauciones y decisiones. Bien gestionado trae movimiento y acción pero si dejamos que el miedo tome el control, puede frenar nuestros proyectos.

Lucero_Emprender_Emociones_2Fotos: Lucero Gioacchini Photography

Esta energía mal gestionada puede llevarnos a:

· Gastar demasiada energía aplazando decisiones y llevándonos a límites innecesarios que generen problemas mayores.

· Querer tenerlo todo controlado llevándonos a retrasar continuamente el proyecto.

· Buscar la perfección del producto, el servicio, la imagen y no pasar a la acción.

· Olvidarse que fallar forma parte del proceso para lograr el éxito y para eso es necesario perder el miedo al error y aventurarse a probar.

· Tomar decisiones precipitadas por miedo a lo que pueda pasar o porque parece que el tiempo se va de las manos.

Algunas ideas para gestionar la energía del miedo positivamente:

· Identificarlo y ser consciente. Ver qué es lo que realmente nos da miedo, aceptarlo, no evitarlo.

· Cuestionarlo. Eliminar el miedo comprendiendo mejor la situación. Valorar cuánto es real y cuanto imaginario. Cuando no sabemos a qué nos enfrentamos, las posibles consecuencias parecen peores de lo que realmente pueden ser.

· Hacer balanza de pros y contras, de las posibles consecuencias para ver más allá y tomar una decisión más lógica.

· Buscar alternativas. No todo es blanco o negro o  jugártela a una carta. Hay muchas alternativas para hacer el miedo más pequeño y fácil de combatir.

· Atreverse. Nos da miedo aquello que no controlamos y en muchas ocasiones suele ser más el miedo a enfrentarnos a una situación que la propia situación. El truco para combatir el miedo es lanzarse a la acción y luego te darás cuenta que en realidad no era para tanto.

“El coraje no es la ausencia del miedo sino el triunfo sobre él. El Valiente no es quien no siente miedo sino aquel que conquista ese miedo”. Nelson Mandela

¡Ponte el cinturón y disfruta del viaje!

Lucero_Emprender_Emociones_1Fotos: Lucero Gioacchini Photography
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