Por Gema Gómez Fundadora y Desarollo de Estrategia en Slow Fashion Next

Durante mi viaje a Melbourne este verano tuve la ocasión de conocer a los componentes de “Ethical Clothing Australia” quienes realizan una loable labor para crear una “industria textil ética” en Australia y aprovechando esta conexión les hemos pedido que nos cuenten un poco más sobre quiénes son. Nos lo cuenta Sigrid McCarthy, una de las fundadoras también de la revista Hessian sobre moda sostenible (la versión íntegra en inglés está más abajo).

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Parte del equipo del ECA, de izquierda a derecha Rebekka Carey_Smith, Roque Grillo and Sigrid McCarthy

En primer lugar ¿nos puedes hablar de vuestra organización Ethical Clothing Australia? ¿cómo nació, por qué y sus principales objetivos?

Ethical Clothing Australia (ECA) es un organismo de acreditación que trabaja con las empresas textiles locales, sobre todo ropa y calzado, para asegurar que sus cadenas de suministro en Australia son totalmente transparentes y jurídicamente compatibles. La organización apoya la producción local y en última instancia, tiene por objeto proteger los derechos de los trabajadores de la confección locales.

Sobre cómo comenzó la organización, la ECA fue esencialmente una respuesta a la preocupación existente sobre la explotación de los trabajadores locales en la década de 1990. Los organismos “The Council for Textile and Clothing Industries of Australia” (TFIA) y el “Textile Clothing and Footwear Union of Australia” (TCFUA) estuvieron de acuerdo en elaborar un código de conducta para los trabajadores del sector y, como resultado, el “Código de Buenas Prácticas para los trabajadores locales” fue creado en 1996. En 2001 se lanzó la etiqueta “No Sweat Shop”, y en 2010 esta se convirtió en el sello “Ethical Clothing Australia“.

La acreditación ECA es el proceso de hacer un mapeado de la cadena de suministro de una empresa australiana. Para asegurar que todos los trabajadores se tienen en cuenta, ECA contrata la TCFUA para realizar auditorías anualmente. Las obligaciones de la empresa principal y sus proveedores, en el marco del programa de acreditación, son un reflejo de la legislación vigente que se describe actualmente en el “Textile, Clothing, Footwear and Associated Industries (TCFAI) Award”. El sistema de certificación de la ECA hace ver a las empresas sus responsabilidades como empleadores, y les ayuda a comprender los entresijos de operar de manera transparente y ética.

Y desde que empezasteis, ¿cuál ha sido la evolución de vuestros clientes? ¿son diferentes ahora de los del principio? ¿son por lo general grandes empresas o marcas emergentes?

Durante los primeros años, trabajamos sobre todo con las grandes que tenían cadenas de suministro más complejas, ya que era donde muchos de los problemas se producían.

En 2010 el Gobierno Federal introdujo políticas para apoyar el programa de acreditación de ECA exigiendo a las empresas de ropa y calzado locales estar certificados por ECA  si querían presentar ofertas para contratos con el gobierno o solicitar subvenciones. Esto ayudó a impulsar una gran parte del crecimiento inicial de las solicitudes para certificarse.

Con el tiempo, la lista de las marcas acreditadas de la ECA se ha ampliado para incluir, marcas pequeñas emergentes que ven valor en este programa. Quieren asegurarse de que su fabricación se realiza de forma transparente y ética, por lo que solicitan la certificación para garantizarlo.

Actualmente contamos con aproximadamente 80 empresas certificadas, entre las que encontramos grandes y pequeñas compañías emergentes. Se incluyen gran parte de las marcas de moda femenina, ropa de trabajo y uniformes, trajes de baño, ropa de bebé, calzado, ropa escolar, y sus fabricantes.

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¿Por qué crees que se acercan a vosotros? ¿crees que representáis una necesidad del mercado de  comportamientos más éticos en la industria?

Las razones de las empresas que se certifican son variadas. Ya sea porque se trata de hacer un llamamiento a un mercado de consumo ético en crecimiento, o simplemente para tener la tranquilidad de saber que su cadena de suministro es legalmente compatible, cada vez más marcas están viendo los beneficios de nuestro programa de acreditación.

Algunos de los beneficios de la producción local y ética son los siguientes:

  • Gestión de riesgos
  • Llamamiento para un mercado en crecimiento
  • Control de calidad
  • Tiradas más pequeñas
  • Supervisar el proceso de producción
  • Construcción de relaciones sólidas con los proveedores

¿Cómo véis la evolución del mercado en los últimos años? ¿son los consumidores más conscientes de quién hizo su ropa y en qué condiciones?

Sí, definitivamente hemos visto un cambio gradual en la actitud de los consumidores y un creciente deseo de saber más sobre el proceso de producción. ECA ha ganado más interés particularmente a nivel de los consumidores desde que la fábrica textil del Rana Plaza se hundió en abril de 2013, y que vieron como morían más de 1.000 trabajadores de la confección de Bangladesh. Esta tragedia echó una sombra oscura sobre la industria e influenció a muchas personas a empezar a cuestionar quién está haciendo su ropa y en qué condiciones.

También han ayudado iniciativas como “Fashion Revolution Day” y su popular campaña #whomademyclothes en Facebook.

Sin embargo, sentimos que hay un largo camino por recorrer ya que para muchas personas su primer impulso es ​​por el precio y hacen caso omiso de las etiquetas en la ropa al hacer sus compras. Creemos que es importante que el diálogo en torno a estos temas sigua siendo enmarcado de manera inclusiva y positiva, por lo que se alienta a más personas a ser más conscientes e inspirales para apoyar a aquellas empresas que valoran la transparencia y la producción ética.

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Gema junto al equipo del ECA.
El mundo cuenta ya con una gran comunidad de moda sostenible en cualquier país al que vayamos.

¿Cree que el crecimiento del movimiento “made in Australia” también está ayudando a desarrollar la industria local del textil y del calzado?

Es difícil de decir. No podemos decir necesariamente que hay un moviemiento sobre el concepto “hecho en Australia”, pero definitivamente hay un cambio entre los consumidores en cuanto a querer saber más sobre el origen de sus compras como comentaba antes. Hay una creciente demanda de ropa y calzados producidos a medida o por artesanos, así como el deseo de saber más acerca de las personas que hacen la ropa y la forma en que la hacen. Esto sigue a la tendencia creciente en popularidad en Australia de la producción local de alimentos de alta calidad, cervezas artesanales, vinos, etc..

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El consumidor cada día más se pregunta quién ha realizado sus prendas y en que condiciones

Desde el derrubamiento del Rana Plaza los diseñadores locales buscan cada vez más los beneficios de la producción local frente a los riesgos de la producción fuera. En la ECA se ha producido un aumento real de investigaciones locales en la fabricación, por lo que desde una perspectiva de negocio estamos definitivamente viendo un aumento en el interés cuando se trata de producción local.

¿Cómo creéis que será el futuro de la moda? ¿creéis que los clientes perderán su interés por la moda rápida y se dirigirán más hacia marcas creativas o no realmente? y acerca de la ética, ¿creéis que se convertirá en algo más común?

Más y más consumidores están empezando a cuestionar el origen de sus compras, y con ganas de conocer la historia detrás de su ropa. Creemos que el mercado de consumo ético continuará creciendo y habrá una creciente demanda hacia las empresas de ser transparentes en la forma en que operan. El modelo de negocio de la moda rápida es completamente insostenible, por lo que esperamos ver una mayor apreciación de la producción local de calidad y el apoyo a las empresas que hacen las cosas de la manera correcta.

De cara al futuro, la ECA continuará compartiendo las historias positivas de empresas certificadas, y animando a las marcas a valorar la trazabilidad y ver la gestión de la cadena de suministro desde la perspectiva simplemente de un buen negocio. No estamos interesados ​​en labrar un nicho en la industria local; queremos ver un cambio sistémico en la gestión de la cadena de suministro y donde la certificación ECA sea un estándar en la industria. Esto, junto con la producción de un producto de calidad, es lo que la industria local celebrará en un escenario global, cuando la gente se dé cuenta de que las empresas textiles y de calzado australianas están liderando el camino y convirtiéndose en un punto de referencia para que otros sigan el camino.

INTERVIEW WITH ETHICAL CLOTHING AUSTRALIA (english version)

First of all, can you talk us about your organisation Ethical Clothing Australia? How it was born, why and its principal goals?

Ethical Clothing Australia (ECA) is an accreditation body working with local textile, clothing and footwear companies to ensure their Australian supply chains are fully transparent and legally compliant. The organisation supports local production and ultimately aims to protect the rights of local garment workers.

In terms of how the organisation came about, ECA was essentially a response to ongoing concerns about the exploitation of local homeworkers in the 1990s. The Council for Textile and Clothing Industries of Australia (TFIA) and Textile Clothing and Footwear Union of Australia (TCFUA) agreed to develop a code of practice for workers in the TCF sector and as a result, the ‘Homeworkers Code of Practice’ was created in 1996. In 2001 the ‘No Sweat Shop’ label trademark was launched, and in 2010 the ‘No Sweat Shop’ label became the ‘Ethical Clothing Australia’ label.

ECA accreditation is the process of mapping a company’s Australian supply chain. To ensure all workers are accounted for, including homeworkers, ECA contracts the TCFUA to conduct annual compliance audits. The obligations for a principal company and its suppliers, under the accreditation program, are reflective of existing legislation which is currently outlined in the Textile, Clothing, Footwear and Associated Industries (TCFAI) Award. ECA’s certification scheme walks companies through their responsibilities as employers, and helps them understand the nuts and bolts of operating in a transparent and ethical manner.

And since you started, what has been the evolution of your clients? Are they different since you started? Are they usually big companies or emerging brands?

During the earlier years, we mostly worked with bigger, more complex supply chains as that was where many of the issues were.

In 2010 the Federal Government introduced policies to support the ECA accreditation program by requiring local clothing and footwear companies to be ECA accredited before they could bid for government contracts or apply for grants. This helped to drive a lot of the initial growth in applications for accreditation.

Over time, ECA’s list of accredited brands has expanded to include smaller, emerging labels that see merit in the program. They want to ensure that their manufacturing is done in a transparent and ethical manner, so seek accreditation to guarantee this.

We currently have approximately 80 businesses accredited and these span across both large companies and smaller, emerging labels. They include largely women’s fashion, workwear & uniforms, swimwear, babywear, footwear, schoolwear, and manufacturers.

Why do you think they come to you, I mean, do you think you represent a need in the market for more ethical behaviours for them?

The reasons for companies becoming accredited are varied. Whether it’s to appeal to a growing ethical consumer market, or simply to have the peace of mind that comes from knowing your supply chain is legally compliant, more and more brands are seeing the benefits of our accreditation program.

Some of the benefits of local, ethical production include:

  • Risk management
  • Appealing to a growing market
  • Quality control
  • Smaller runs
  • Overseeing the production process
  • Building strong relationships with suppliers

How do you see the evolution of the market over the years? Are consumers more conscious of who made their clothes and under which conditions?

Yes, we have definitely seen a gradual shift in consumer attitude and a growing desire to know more about the production process. ECA has particularly garnered more interest on a consumer level since the Rana Plaza garment factory collapse in April 2013, which saw over 1,000 Bangladeshi garment workers die. This tragedy cast a dark shadow on the industry and influenced many people to start questioning who is making their clothes and under what conditions.

This has been driven as well through initiatives such as Fashion Revolution and their popular ‘I made your clothes’ Facebook campaign.

In saying that however, we feel there is a long way to go as many people are still driven by price and disregard labels on clothing when shopping. We think it’s important that the dialogue around these issues continues to be framed in an inclusive and positive way, so that more people are encouraged to be more mindful and inspired to support those businesses valuing transparency and ethical production.

Do you think the growing of the “made in Australia” movement is helping to develop the local textile, clothing and footwear industry too?

It’s hard to say. We wouldn’t necessarily say there is a ‘made in Australia’ movement but there is definitely a shift among consumers in terms of wanting to know more about the origins of their purchases (see above). There is a growing demand for bespoke or artisan produced clothing and footwear as well as a desire to know more about the people who make their clothes and how they are made. This follows the growing trend in the popularity of locally produced high quality food, craft beers, wine etc. in Australia.

Since Rana Plaza local designers are now increasingly looking at the benefits of local production versus the risks of producing offshore. At ECA, there has been a real increase in local manufacturing enquiries, so from a business perspective we’re definitely seeing a spike in interest when it comes to producing onshore.

How do you think it will be the future for fashion? Do you think costumers will lose their interest in fast fashion and go to more creative brands or not really? And about the ethics, do you think it will become something more common to ask for it?

More and more consumers are starting to question the origins of their purchases, and wanting to know the story behind clothing. We believe the ethical consumer market will only continue to grow and there will be an increasing demand for businesses to be transparent in the way they operate. The fast fashion business model is completely unsustainable, so we hope to see a greater appreciation for local, quality production and support for companies doing things the right way.
Going forward, ECA will continue to share the positive stories of accredited companies, and encourage brands to value traceability and view supply chain management simply as good business. We are not interested in carving out a niche in local industry; we want to see real systemic change whereby supply chain management and ECA certification is industry standard. This, alongside producing a quality product, is what will see local industry celebrated on a global stage, as people realise that Australian TCF businesses are leading the way and setting a benchmark for others to follow.

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