Descubre las últimas innovaciones para recuperar el control de tu producción
Por el Equipo Slow Fashion Next.
Introducción
El boom de la deslocalización surgió hace décadas, y se planteó inicialmente como un win-win: menores costes de producción, por lo tanto, mayores márgenes y creación de empleo en países desfavorecidos. Sobre el papel parecía fantástico, pero pronto se hizo realidad el abuso de poder de las grandes multinacionales al explotar a sus empleados violando sus derechos más básicos.
Si a esta situación le sumamos la pandemia del COVID, todo un “cisne negro” llamado a cambiar nuestro mundo de manera radical, no solo esta situación continúa manteniendo con precios que no dejan de bajar, sino que nos enfrentamos a un cambio de paradigma en el ámbito productivo que vuelve a poner (una vez más) en jaque la continuidad de la industria textil. Con esta situación, no es de extrañar que numerosos empresarios estén optando por recuperar el control de sus producciones y apostar por una mayor transparencia en su cadena de valor.
Al mismo tiempo que esto está sucediendo, los ciclos de las tendencias se han alterado. Se ha dado paso a un mayor protagonismo de los básicos atemporales, así como prendas que sirvan tanto para estar en casa como para salir a la calle. Esta situación favorece la posición de las empresas interesadas en producir localmente. Las producciones de estas empresas estarán a prueba de la velocidad de cambio de las tendencias, que hemos visto ralentizarse en este último año. Es así como la neo-relocalización ha cobrado fuerza en los últimos tiempos, y es una tendencia que apunta a que ha venido para quedarse.
Además, actualmente contamos con innovaciones tecnológicas que facilitan enormemente esta labor de neo-relocalización. Hacen que la producción sea más eficiente, de mayor calidad, ofrecen productos más personalizados y favorece la producción bajo demanda. Todo esto reduce masivamente el desperdicio y los costes de almacenamiento.
En concreto, nos referimos a la tecnología de impresión 3D, que puede ampliar de manera significativa el número de posibilidades creativas para el diseño de moda. Al poder crear formas sin moldes, permite producir elementos de una complejidad extrema que de otra manera no se podría alcanzar.
Laboratorios e innovaciones 3D
Ya son varios los laboratorios que están especializados en este tipo de fabricación en nuestro país. Comme des Machines, que además trabaja con un polímero vegetal biodegradable; Balab Factory, laboratorio y factoría de proyectos dedicados a impactar en la sociedad a través de la innovación tecnológica, o BCN3D, cuya misión es materializar las ideas de sus clientes mediante tecnología de impresión 3D.
Estas empresas posibilitan la producción de botones, fornituras y accesorios, lo que evita la sobreproducción de estos elementos a la hora de confeccionar nuestras prendas.
Grandes marcas de moda como Palomo Spain, Loreak o Mango ya han puesto en práctica la tecnología de impresión 3D en sus diseños.
Otra gran innovación al servicio de la moda sostenible ha sido Kniterate. Esta maravillosa máquina se encuadra dentro de las impresoras 3D, pero es completamente diferente a cualquier máquina que hayamos conocido hasta el momento.
Kniterate es una start up española, y su objetivo era “tejer prendas con tan solo pulsar un botón”. Solo hay que introducir el diseño que quieras imprimir en la aplicación, se carga en la máquina mediante USB o con una tarjeta SD y solo necesitas rematarla. Las diferentes partes de la prenda sí habría que coserlas, pero el resto está en manos de Kniterate. Sin duda, una inversión que te ahorra tiempo, dinero y recursos.
Evolución de la impresión 3D
Allá por el año 2011, la tecnología de impresión 3D tenía más limitaciones de las que tenemos actualmente. Las primeras piezas impresas fueron piezas integrales, esto es, rígidas y de una sola pieza, Para esto se utilizaba tecnología SLS (Selective Laser Sintering). Esta tecnología ofrece piezas con acabados de muy buena calidad.
Más adelante, se implementó la impresión 3D con sistemas de malla, que favoreció las aplicaciones de esta tecnología en la industria de la moda.
Las impresoras SLS emplean principalmente polvo de poliamida que tiene buenas propiedades mecánicas y durabilidad. Además de poliamida, también pueden imprimir con materiales elásticos, lo que puede resultar muy útil para la impresión 3D de accesorios de moda.
¿Cómo puedes aplicar la impresión 3D en tus diseños?
Se puede utilizar la impresión 3D para la fabricación de botones y adornos con TPU (poliuretano termoplástico), así como gafas y paraguas; la marca VOJD Studios es un buen ejemplo de accesorios fabricados mediante impresión 3D.
La industria de la alta joyería y relojería no se ha quedado atrás en el campo de este nuevo concepto de artesanía; marcas de lujo como Panerai o Cartier ya han hecho uso de estas innovaciones para crear tanto prototipos, como piezas destinadas a la venta directa.
Otro ejemplo de la aplicación de este innovador concepto es la recién creada colección de neomatique. Para la creación de las piezas de joyería de neomatique, se ha utilizado la tecnología FDM (Fused Deposition Modelling) con polvo de neumático reciclado.
Así, estas marcas han conseguido facilitar la producción bajo pedido y ahorrar costes de almacenamiento.
El sector de la zapatería también es conocedor de esta tecnología; grandes marcas como adidas o Reebok, así como otras más pequeñas, como la española Fick, emplean la impresión 3D para la fabricación de zapatillas, o algunos de sus componentes.
Estos son solo algunos de los ejemplos a tu alcance si quieres empezar a producir de manera local, añadiendo un toque innovador a tu producción.
En esta industria caracterizada por un modelo obsoleto y contaminante, debemos adelantarnos y adaptarnos a nuevos procesos que garanticen la transparencia de nuestra producción. Solo de esta manera la moda sostenible ganará protagonismo en la industria, produciendo, distribuyendo y comercializando un producto trazable y reciclable.
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