Por el equipo Slow Fashion Next.

Imagen de portada: Pour Femme.

Este post es una mirada a como las compañías se han enfocado en esfuerzos a corto plazo y no han tomado en consideración el ciclo de vida completo de las prendas y que se podría hacer para resolver el actual problema del consumo excesivo.

La circularidad se ha convertido en la palabra de moda de la industria esperando proteger el medio ambiente de la industria del vestido, sin embargo, muchas compañías solo realizan esfuerzos a corto plazo en lo que respecta particularmente a la gestión de residuos.

Según un reciente informe de Greenpeace, el “sobreconsumo” de textiles es el principal problema de la industria. La solución, según el informe, es que las empresas disminuyan el flujo de materiales y que implementen al mismo tiempo soluciones de prevención de residuos a largo plazo para minimizar el desperdicio.

¿Qué esta mal con la circularidad en este momento?

Mientras solo se centran en la circularidad de abajo hacia arriba, algunas compañías están convencidas de que las prendas podrían ser “recicladas infinitamente” y que su “mezcla de materiales sostenibles” podría ser la solución salvadora para la industria. Sin embargo, según Greenpeace, la industria apunta a duplicar el uso de poliéster para 2030 sin garantizar que estos materiales reciclados resulten en una circularidad completa en el futuro.

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Convertir los materiales reciclados, como las botellas de plástico, en materiales “ecológicos” solo resuelve parcialmente los problemas de contaminación del mundo. Lo que Greenpeace descubrió fue que este sistema de “ciclo cerrado” no logra responsabilizar a la industria de bebidas y alimentos por su uso único de plástico y considera que potencia el reciclaje de residuos textiles. La contaminación textil, incluyendo la dependencia del poliéster en los combustibles fósiles y su efecto en la vida silvestre, no se aborda en detalle en los modelos actuales de circularidad.

Además, hasta ahora muy poco soluciona el problema del consumo excesivo. Hoy en día muchas prendas están diseñadas como artículos de moda rápida que no duran mucho y que muy a menudo son desechados en vertederos. Un informe reciente de Greenpeace descubrió que el 80 por ciento de la ropa se desecha en la UE debido a los hábitos no sostenibles por parte del consumidor. La industria ha contribuido a que los consumidores compren ropa, la utilicen algunas veces y la desechen con el cambio de estación o de tendencias. La única forma de reducir la cantidad de residuos textiles en vertederos alrededor del mundo, según Greenpeace, es que toda la noción de circularidad involucre a los consumidores y les promueva a modificar sus decisiones de compra, instándoles a comprar menos y buscar alternativas más sostenibles para con las prendas que usan.

Creando una nueva dirección para la circularidad de la moda

Concentrarse en todo el ciclo de vida de la ropa y los textiles, en lugar de abordar problemas particulares, podría ser un mejor estrategia para la industria, según Greenpeace.

Diseñar para una larga vida y promover el uso continuado de la ropa podría ralentizar el flujo de material al minimizar la compra y afrontar los desafíos ambientales de la moda. Las empresas pueden garantizar las prendas para un uso continuado, fabricar ropa de alta calidad más duradera reparable, y crear servicios que promuevan una mayor reutilización.

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Las marcas más pequeñas sirven como ejemplo de cómo este cambio podría ser beneficioso. A diferencia de las más grandes, estas marcas fomentan la durabilidad emocional de las prendas y crean una cultura que prolonga su uso a través del estilo, funcionalidad y adaptabilidad.

Cambios en el modelo comercial también podrían promover un mejor sistema de circularidad para las prendas. Los conceptos comerciales podrían cambiar su enfoque centrándose en cómo son producidas, vendidas, compartidas, reparadas y reutilizadas las prendas. Esto podría ayudar a facilitar el seguimiento de los materiales y los residuos provenientes de las prendas, e implicando a los consumidores en el cierre del ciclo. Greenpeace dice que se requiere una mayor experimentación por parte de las grandes marcas, de manera que pueda lograrse circularidad en la entera cadena de suministro.

Establecer estándares universales para reducir el impacto ambiental podría ser un paso para remediar la circularidad de la moda. Involucrando todas las etapas del ciclo de vida, incluyendo el uso colectivo de materiales ecológicos y la reducción del uso de energía, las empresas pueden trabajar en conjunto para promover procesos más sostenibles. Greenpeace sugiere que las compañías también implementen directrices en todos los ámbitos para rastrear, monitorear e informar sobre los procesos de producción de prendas de vestir en todo el mundo.

Si bien las iniciativas de recuperación siguen siendo esenciales, Greenpeace opina que los recursos para la logística de productos de segunda mano y las tecnologías para el reciclaje, deberían ser obligatorios y no depender de la generosidad corporativa. Los países podrían adoptar legislaciones como el sistema EcoTLC de Francia, que responsabiliza a las empresas nacionales por la correcta gestión, reciclaje y reutilización de materiales sintéticos, incluido el poliéster.

Fuente de artículo: Sourcing Journal Online, escrito por Genevie Scarano, 4 de octubre del 2017.

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