A la hora de querer comprar unos calzado más sostenible, el primer criterio es la proximidad
Artículo escrito por Mar Rocabert del blog Cucdecol
Y más en España, un país con mucha tradición de calzado, donde se puede encontrar buena calidad y un precio asequible. Si no lo habéis hecho nunca, cuando entréis en una tienda preguntar qué marcas están fabricadas aquí y os sorprenderéis, porque tendréis unas cuantas para escoger, desde Victoria, a Callaghan, Lotusse, Martinelli, Panama Jack, Vialis o Mustang, por citar algunas de las más grandes, o Mus&Roew, About Arianne o Veló by Zin, firmas más pequeñas de Barcelona para tener en mente. ¿Sabéis cuántos zapatos se produjeron en España en 2013? ¡91,3 millones de pares!
Pero que se fabriquen aquí, no quiere decir que sigan procesos de producción con menos impacto, aunque cada vez hay más empresas que están apostando por más sostenibilidad y responsabilidad social. Por ejemplo, Victoria garantiza que sus zapatillas de lona están libres de tóxicos, con certificado Öko-Tex Standard 100, sus materiales son reciclables y la suela es de caucho natural. O Pikolinos y Martinelli trabajan con el taller A Puntadas, de Elche, una empresa con responsabilidad social corporativa que ayuda a mujeres en riesgo de exclusión.
Pero hay marcas que todavía van más allá en su empeño para que nuestras pisadas sean más sostenibles, convencidas de que nuestra huella en la tierra condiciona nuestra vida y la de las siguientes generaciones. Existen varias marcas que han introducido métodos de trabajo con menor impacto ambiental, que utilizan materiales naturales y más sostenibles, y que tienen en cuenta su impacto en otros puntos del proceso de producción, como el embalaje o la logística.
El Naturalista es una marca española que tiene tres centros de producción en La Rioja y en Tánger (Marruecos), que apuesta por calzado de calidad, con procesos manuales. En el caso de las pieles, son naturales y procedentes de animales con fines alimenticios, para ampliar su ciclo. Combinan procesos de curtición semivegetales y cuando no la utilización de aleaciones muy bajas de Cromo 3, y siguen investigando para minimizar los impactos de la fabricación.
En cambio, Nae Vegan Shoes se desmarca de la utilización de animales para vestir y predica la filosofía vegana, además de la preocupación por la sostenibilidad ambiental. Es una marca portuguesa que trabaja con materiales alternativos a la piel como el corcho y otras microfibras ecológicas. Su compromiso también pasa por trabajar con talleres donde se garantizan unas condiciones laborales dignas. Olsen Haus, una firma nacida en Nueva York, fue pionera en apostar por el calzado vegano en 2008. Vivir sin utilizar a los animales como producto es una creencia que va calando, en Barcelona hay una tienda que se llama Amapola Vegan Shop, dónde todos los productos siguen esta filosofía.
Nagore es otra marca que encaja dentro de un modo de producir más sostenible. Empezó a andar en los años ochenta en Menorca y ha crecido de forma pausada. Ahora tienen tres tiendas en su isla y en Barcelona. Fabricación local y dos colecciones al año basadas en el diseño artesano y la sostenibilidad les han dado buen resultado. Además de hacer un producto duradero, son sensibles con el impacto social y ecológico, fabricando con materiales naturales, embalando en cajas reutilizables y sirviéndolos con bolsas de fécula de patata compostables.
De marcas con distintos niveles y formas de compromiso hay muchos más, echad un ojo a Kamaleonik, Caboclo, Ray Musgo, Maians, Patagonia, Pla Shoes, Mandala Shoes… Seguro que encontraréis alguna que os guste. Y como mínimo, preguntad por el otrora tan reivindicado made in Spain cuando entréis en una zapatería. Depende de nosotros no perder la industria local.
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