¿Os acordáis de aquella campaña que todos terminamos cantando y contando de una manera u otra que decía: “Pezqueñines ¡no gracias!” para evitar que comiéramos pescados con una talla inferior a la normal de un ejemplar de pez adulto? pues muy a menudo me gustaría lanzar una campaña que dijera como el título de este post y del vídeo que pusimos a la primera conferencia del Dr. Nicolás Olea en la II Jornada de Moda Sostenible del Museo del Traje: “¿Polyéster? ¡déjame pensarmelo!”

Nos tienen con el corazón partío compañeros de viaje de este sector tan pequeño pero emergente (y mucho 😉 ) cada vez que vemos que ofrecen en sus webs vestiditos de poliéster 100% muchas veces ni reciclado, y es que no, amigos, lo miremos por donde lo miremos y por mucha buena voluntad que pongamos no nos llevamos bien con el poliéster.

Pero vayamos por el principio, si empezamos sin tener en cuenta impactos, empecemos diciendo que el polyester es el plástico que se usa para hacer vestidos, hace piling (las bolitas esas que salen en la superficie de los tejidos), no es transpirable y absorbe poco o mal la humedad, coge olor por mucho que la cuides al tercer o cuarto lavado por lo que el uso en ropa interior es de lo más desaconsejado…y todo esto ¡¡¡sin empezar a dar caña con lo nuestro!!!

31020361_OW-31050357_02-33070426_02

Kimono de Mango / Composición: 77% poliéster, 23% algodón

Y si empezamos a hablar de sostenibilidad el poliéster es el tejido más usado en todo el mundo, aproximadamente el 45% de todas las prendas que usamos están realizadas de este material para vestidos, pantalones, polares, blusas, en mezclas para camisetas, ropa de trekking, de casa, se trata de una fibra sintética elaborada mediante síntesis química y derivada de una fuente no renovable (¡mal empezamos!): el petróleo.

Su producción es altamente consumidora de energía, de agua, produce grandes cantidades de CO2 y su catalizador es el antimonio, compuesto cancerígeno, tóxico para los humanos y seres vivos. El poliéster es un polímero, una cadena de monómeros resultando que algunos de estos quedan atrapados entre las largas cadenas de polímeros, y que son muy peligrosos para la salud humana, para los que nos llegan a nosotros pero también y sobre todo para los trabajadores que están expuestos diariamente y las fábricas que vierten estos compuestos directamente al medio ambiente colindante. Además se suele “aderezar” con ftalatos, productos químicos que hacen la fibra más flexible y que son disruptores endocrinos de los órganos reproductivos tanto para la mujer como para el hombre interviniendo en sus funciones normales y desajustándolas, y que se filtran en nuestros cuerpos a través de nuestra piel.

hmprod

Vestido con textura de H&M 100% polyéster

El poliéster, como el resto de plásticos que usamos habitualmente, están relacionados con cáncer de mama. Lo podemos escuchar en este vídeo de la voz de nuestro querido Dr. Oléa (pues sí, muy querido, necesitamos a muchos grandes como él que nos guíen donde nosotros solos no sabemos llegar) que os hemos puesto un poco más arriba y también podéis ver información muy ineresante sobre los disruptores endocrinos en este informe de Sespas.

Cuando el poliéster no se mezcla con otras fibras es posible fundirlo y reciclarlo, y si miramos en la tabla de made-by, el polyester reciclado esta en la primera columna pero si leéis mejor los porcentajes de dicha tabla, tienen en cuenta los químicos que se usan durante el proceso de elaboración, no tienen en cuenta el impacto en la salud como entenderéis después de leer lo que habéis leído.

7991827712_1_1_1

Blusa estampada de Zara 100% polyéster

Cuando hemos terminado de usar esa blusita tan mona que no llego ni a los 20 euros ¡qué ganga! la tiramos a la basura y de aquí al vertedero ¿y qué pasa allí? pues que como no es compostable (se degrada en cientos de años y hasta que lo hace va emitiendo metales pesados, sustancias tóxicas, antimonio, un cócktail de químicos tóxicos que han ido dejando su rastro a lo largo de todo el ciclo de vida, contaminando vidas y tierra y las aguas subterráneas en esta etapa final. Si se quema para producir energía libera las sustancias tóxicas al aire y por si todo esto fuera poco, cuando se lava en la lavadora desprende micropartículas que van a los ríos y al mar y se las comen los peces que mueren por ingerirla.

Y tendríamos materia para un nuevo post si hablamos de las mezclas de polyester con fibras orgánicas, pero eso lo vamos a dejar para otro día 😉

Por eso es fundamental que sepamos bien qué hacemos cuando queramos hacer bien las cosas, necesitamos información correcta (es decir, de los que saben y no se les puede comprar) y formación para conseguir nuestros objetivos; sin la una y la otra seremos como ciegos jugando al escondite inglés, queriendo mirar pero sin ver…

Si te ha gustado este post ¡comparte! y ayúdanos a crear una industria sostenible y a regalar un futuro a los que vienen detrás 😉

Gema Gómez, además de docente y coach, es la Fundadora de Slow Fashion Spain.

Web | + posts

Sumérgete en el mundo de la moda sostenible con Slow Fashion Next. Descubre cómo la creatividad y la conciencia se fusionan para impulsar un cambio positivo en la industria, explorando nuevas formas de vivir y consumir la moda de manera responsable. Únete a nosotros en este viaje hacia un futuro más consciente y comprometido con el medio ambiente.

Publicaciones Similares