Por Alice B. Schuch, colaboradora de Slow Fashion Next y profesora de nuestro curso online “Economía Circular y Nuevos Negocios de Moda“.

Imagen de portada: Recover

Me pasa continuamente. Cuando hablo en moda circular oigo la pregunta: es algo como reciclaje ¿no? Si! También. Como hablamos en un post anterior, el concepto de moda circular es mucho más amplio y ofrece muchas alternativas. Una de ellas es invertir en tejidos para la circularidad, que comprenden el fin del ciclo productivo a través del reciclaje, o crear un nuevo comienzo con el desarrollo de materias innovadoras.

Por reciclaje se entienden procesos mecánicos o químicos, que permiten utilizar materias descartadas para la producción de fibras textiles. El primero y más sencillo, comprende desfibrilar mecánicamente las telas para rehacer nuevos hilos y telas. Ese proceso acaba por dañar y encortar las fibras, lo que reduce su calidad, limita su circularidad, y generalmente requiere añadir otras fibras para garantizar su durabilidad. El reciclaje químico, por su parte, como el propio nombre indica, es donde la materia prima inicial pasa por un proceso químico para la producción de nuevos filamentos que se transformarán en nuevas telas.

Cuando el producto textil es pre o pos consumidor (descarte de la industria textil o prendas usadas), es usado como input para la producción de nuevos productos textiles, llamamos reciclaje “textile to textile” (T2T – tela a tela). También existe la posibilidad de reciclar el descarte de otros sectores para la producción de fibras textiles – en 1993 las primeras prendas de poliéster hechas de fibra recicladas de botellas plásticas aparecían en el mercado, y en 2005 se tornó también posible el reciclaje T2T de esas prendas de poliéster. Además de las botellas, otros plásticos y redes de pesca recogidos del océano también atienden al “repertoire” de materias recicladas para la industria de la moda actual, que buscan la circularidad y la interconexión con otros sectores. Pero aún estamos lejos de un sistema efectivo y circular.

Reciclaje Circle Economy

Re-ciclar es retornar al ciclo, dar una nueva vida a productos descartados. Pero actualmente, es bajísimo el volumen de reciclaje T2T en Europa, de acuerdo con Circle Economy. Mucho de lo que es reciclado es en verdad “downcycled”, que reduce su valor transformando telas en paños de limpieza o material para aislamiento, que no se puede o es inadecuado para recircular. Eso pasa por varios motivos.

Primeramente, no estamos diseñado adecuadamente nuestros productos. La mayor parte de los 400 billones de metros cuadrados de telas o los 80 billones de prendas hechos anualmente no son realmente proyectados para atender al propósito circular. Además, del design, sistemas de reciclaje enfrentan barreras en la tecnología y en el mercado. En una pesquisa realizada por Mistra Future Fashion, empresas de moda y reciclaje, han apuntado que, entre los obstáculos para el reciclaje efectivo de textil para textil están:

  • El uso de textiles de composición mixta.
  • La presencia de partes rígidas como cierres y botones.
  • El uso de hilos de coser de diferente composición respecto a la prenda.
  • La presencia de colores, tintes, acabados, estampados y químicos tóxicos.
  • La dificultad en el sistema de recogida, identificación y separación del input apropiado.
  • Las limitaciones en los procesos de reciclaje y el poco incentivo para inversiones.
  • La falta de demanda para materias recicladas, conectado al bajo precio de mercado de materias vírgenes.

Considerando la dificultad del reciclaje actual, algunas empresas empezaron su búsqueda por alternativas en otros sectores para suplir la utilización de fibras textiles, identificando la posibilidad de reciclar sub-productos de la industria alimenticia, lo que yo llamaría de “food-fibres”.

Fibras de remolacha

En esa área, tenemos opciones de telas hechas con fibras de la planta de la piña, de sobras de naranjas, posos de café, leche aceda, o bioplásticos hechos con almidón de patata, choclo, arroz, remolacha, entre otros. También estan los que estudiaran alternativas un poco más malolientes como fibras hechas desde las plumas de pollo, restos de comida, gelatina encontrada en músculos y huesos descartados de la industria de carne, o estiércol del ganado – todos concentrados en reducir el descarte y encontrar alternativas biodegradables y más sostenibles.

Reciclar es definitivamente un verbo circular y nos permite pensar en una serie de alternativas de final de ciclo que pueden retornar como input a un nuevo ciclo. Pero cuando hablamos en materias para la circularidad, hay aún un grupo relevante a ser mencionado. Esas empresas no buscan su input en materias que serían descartadas de la moda u otros sectores, en vez de eso, apuestan en nuevas alternativas desde el comienzo, desarrollando materias innovadoras.

Algas, hongos, colágeno, la planta de ricino, pasto elefante, té, hasta seda de araña o abeja son presentadas como innovaciones textiles de los últimos años – alternativas naturales, renovables, biodegradables y de bajo impacto ambiental. Pero pese a tantas características positivas, los altos costos en pesquisa y desarrollo, de implementación, entrada en el mercado y ajuste de demanda versus inversiones, restringen el uso actual. En ese caso, la colaboración con marcas de moda innovadoras puede hacer el camino hasta el mercado consumidor.

Sin embargo, hay un creciente número de alternativas con “approach” circular. Desde la mitad del último siglo, vivimos un crecimiento exponencial de la población, del consumo de petróleo, de fibras de poliéster (la fibra textil más consumida anualmente, hecha a partir del petróleo), y consecuentemente un crecimiento exponencial de las emisiones de gas carbónico en la atmosfera. Textiles que seguirán inevitablemente la misma curva, pero buscando alternativas que reduzcan el descarte, repiensen el proceso, ofrezcan opciones recicladas, reciclables o biodegradables, disruptivas e innovadoras. Y para evitar que ese proceso sea interrumpido, la comunicación e información entre los diferentes agentes de la cadena de valor textil es parte vital del desarrollo circular.

Mantener la visión holística y de sistema, entender lo que es necesario en la próxima etapa y establecer conexiones, permite una mejor toma de decisiones hacia un modelo de negocio circular – enfocando en la contribución para el perfeccionamiento de esas cadenas de valor, en vez de pensar en el propio modelo de negocio actual individualmente.

Y para evitar que ese proceso sea interrumpido, la comunicación e información entre los diferentes agentes de la cadena de valor textil es parte vital del desarrollo circular.

Cadena de Moda Circular. Fuente: Por Alice Beyer Schuch

Mantener la visión holística y de sistema, entender lo que es necesario en la próxima etapa, y establecer conexiones, permite una mejor toma de decisiones hacia un modelo de negocio circular enfocando en la contribución para el perfeccionamiento de esas cadenas de valor, en vez de pensar en el propio modelo de negocio actual individualmente.

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