Por Sofía Calvo colaboradora de Slow Fashion Next y editora del blog sostenible Quinta Trends.
Hay marcas que apelan al inconsciente colectivo, a esos recuerdos vividos o adquiridos a través de la cultura popular, donde la ropa no solo era ropa, sino también un reflejo de nuestra esencia. En pleno siglo XXI, todavía existen etiquetas que despiertan esas sensaciones. ¿Un ejemplo? Ropa de Género RDG de la diseñadora y productora de moda chilena, Queni Ibarra, cuya magia radica en las historias que cuenta, a modo slow, a través de sus textiles. Te invito a conocerla.
En 2006, Queni decidió partir Ropa de Género casi como un experimento, una aventura, cuyo norte era incierto. Una década después, si bien hay claridad respecto de lo que busca lograr, aún vive la adrenalina de la sorpresa cotidiana, que le da frescura a su proceso creativo y la invita a un diseño consciente.
De hecho, su postura ante la brutal velocidad y la ausencia de mística del fast fashion, ha sido única y consistente: crear prendas que la representen, interpreten su esencia como profesional y le permitan transparentar la cadena de valor.
Esta apuesta ha sido respaldada por un nicho de fieles clientas, que ven en sus piezas la delicadeza del oficio, pero también una conexión con relatos, materiales y técnicas que resignifican “el hacer” desde una mirada moderna, urbana y vanguardista.
En esta línea, Queni se ha propuesta que cada colección esté centrada en “la investigación de las posibilidades creativas del lenguaje textil, reivindicando el valor de la confección artesanal latinoamericana, profundizando en la técnica del tejido en delicadas y lúdicas prendas femeninas con innovadores detalles, que le confieren un sello de distinción y calidad”.
Su última propuesta Trappist 1 es un reflejo de este camino, al transformar una noticia internacional –la existencia un sistema de siete planetas rocosos alrededor de la enana roja Trappist 1- en una oda a las luces y sombras a través de las texturas en movimiento (imagen de portada).
“En esta colección trabajé con el juego de brillo y oscuridad en la paleta de color, además de componer con geometría en los cortes, tomando lo circular y envolvente en algunas morfologías, relevando mi carga textil con mis múltiples aplicaciones y manufacturas”.
El resultado es un trabajo que cautiva y sobrecoge y que lleva a preguntarse, cuándo Ropa de Género saldrá al mundo. Queni no demora en responder, asegurando que tiene en la mira mercados como el mexicano, californiano y parte de Europa. Todo desde una lógica donde la expansión no va de la mano de producir más, sino de lograr una profundización conceptual de su propuesta.
Fruto de lo anterior, su idea es seguir creando universos creativos junto a la mano de obra local y las técnicas y materiales de cada zona.
Mientras se prepara para esa senda, hoy sigue abocada en la tarea de llenar de fantasías nuestros clósets con productos atemporales, con vocación heredable y potencial para ser transformados en “objetos de afecto”.
* Todas las imágenes son de la colección Trappist 1 de Ropa de Género y cedidas por la marca. Fotógrafo Daniel Gil del Estudio Matta.
-Las ideas y opiniones de este post pertenecen a su autor/a. Slow Fashion Next no se responsabiliza de los contenidos-
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