Una marca no es un logo y un nombre, con la ayuda del branding podrás mostrar la importancia que tiene tu marca
Por Neus Portas, creadora de Proyectos que generen impacto social y profesora en Slow Fashion Next del curso “Marcas que Importan: Branding con Emoción”.
Tengo una buena noticia y una mala noticia. Empezaré por la mala, así luego la buena nos dejará buen sabor 🙂
La mala es que, aunque tengas un nombre y un logo para tu proyecto, no tienes una marca. Tienes sólo el nombre y el logo de tu marca, nada más.
Tal vez la Oficina de Patentes y Marcas tenga parte de culpa, al pedirte un nombre, un logo y, tal vez, un color, a la hora de registrar tu marca. Aunque también es verdad que todo lo demás que compone una marca es muy difícil, por no decir imposible, de registrar rellenando un formulario.
Así que vamos a por la buena noticia: y es que todavía estás a tiempo de crear una marca sólida, que enganche, que enamore, para avanzar a paso más seguro.
Si quieres saber cómo, sigue leyendo:
Para crear una marca sólida, tienes que hace un trabajo introspectivo y de sinceridad. Mirar hacia adentro, identificar aquello que te hace único, pero también aquello que te impide serlo.
Para crear una marca sincera, debes ser humilde, aceptar que tal vez lo que tú consideras especial, lo sea sólo para ti.
Para crear una marca que enganche, tienes que identificar aquello que, además de importante para ti, es relevante para los demás.
Para crear una marca que destaque, debes buscar la manera de diferenciarte entre un mar de marcas cada vez más similares.
Free License. Imagen de Rick Kimpel. Flick
El primer paso es identificar tus fortalezas para saber qué te hace único, pero también tus debilidades, para conocer áreas de mejora.
El segundo paso, entender muy bien qué hace tu marca, qué ofrece, en qué segmento se mueve, porqué es diferente y qué aporta a la sociedad. (Fíjate que digo “entender” y no “explicar”, y lo hago aposta, porque primero tienes que tenerlo tú muy claro. Luego ya buscaremos cómo contarlo).
Desgrana tu proyecto, hazte preguntas que te lleven más allá del buen diseño y los tejidos sostenibles. Pregúntate siempre porqué. Da un paso más, incluso cuando creas que no se puede avanzar más. Identifica las 3 dimensiones de tu marca, sin caer en los tópicos.
Y recuerda que por genial que sean tus patrones y por sostenible que sea el proceso de producción, sin emoción, el proyecto dura poco. Así que trabaja a fondo la dimensión emocional de tu marca, piensa bien qué quieres hacer sentir, a quién y porqué.
El tercero y definitivo, es definir su propósito, declarar para qué existe tu marca. Qué se pierde el mundo si tu marca no existe. Identificar su razón de ser. Entender cómo actúa para mejorar su entorno.
Ahora mira a tu alrededor. Observa lo que hace la gente, lo que quiere el consumidor, lo que hacen las otras marcas. Tal vez te sorprenda ver que aquello tan único, ya existe. O quizá te sorprenda ver que aquello que creías una debilidad, es en realidad tu mejor baza.
Tu marca está a un lado del puente y el público, al otro lado. ¿Qué harás para cruzar el puente? ¿Es este el puente que debes cruzar?
Free License. Foto de Klas Tauberman. Pexels.com
Interésate por la gente, por el comprador, por la gente que demanda un cambio, que busca otra manera de consumir, que innova, que está dispuesta a hablar y escuchar.
¿Qué dicen, qué quieren? Identifica un movimiento, una necesidad, un grupo, una demanda, una inquietud. ¿Puedes resolverla? ¿Qué puedes aportar? ¿Va por ahí tu propósito?
Vuelve a empezar, a revisar tu propósito. A repasar tus fortalezas y debilidades. A definir tu marca a partir de todo ello. Este es un ejercicio en looping, que hay que hacer tantas veces como haga falta antes de cruzar el puente.
Ahora visualízalo, conviértelo en imágenes, haz un moodboard, junta sensaciones y emociones en un único collage. Tangibiliza la marca desde todos los ángulos.
Si has seguido todos los pasos y los has hecho concienzudamente, seguramente ya sepas cómo avanzar. Probablemente sabes lo que tienes que hacer y cómo explicarlo.
Así que empieza a andar, crea una bonita historia que explique porqué existes y actúa impactando a tu alrededor, explica pero también actúa. Cruza el puente.
Ahora sí, ya tienes una marca, porque has definido una manera de ser y de actuar. Ahora sí, porque has empezado a caminar con paso firme, sabiendo dónde quieres llegar y cómo tienes que actuar. Ahora sí, puedes sumarle el nombre y el logo, para poner sonido e imagen a la marca.
Aunque puede que, después de tanto trabajo interno, la transformación te haya llevado a un sitio radicalmente opuesto del punto de partida…. No pasa nada, con todo lo que habrás avanzado, el logo o el nombre será lo más fácil de modificar.
Si quieres saber más puedes hacerlo apuntándote al curso online que imparto “Marcas que Importan: Branding con Emoción” que da comienzo el próximo lunes 12 de septiembre.
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